Después de escuchar a Pablo Iglesias los vituperios infligidos a Rajoy: “se la pela, se la bufa, me importa un huevo, me importa un pimiento” así como designar al PP de “trama mafiosa”, se puede sacar una conclusión de su origen tan vulgar. Lo que no hace es lo que debiera  hacer, divulgar y comunicar con palabras adecuadas.

 El léxico empleado en el Parlamento por este señor, chabacano, inculto e irreverente, dice con claridad meridiana la “rara avis” que se ha interpuesto en nuestra sociedad, a la que está degradando hasta hacerla caer en la cloaca en donde parece ha permanecido largo tiempo, consumiéndolo en el desprecio hacia todo lo que significa progreso, respeto y formación.

  No satisfecho, se adentra en otros menesteres propios de “celestinas” y no de políticos, lo que demuestra sus escasos estudios, su escasa altura, a la vez que “vomita” todo el resentimiento del que es portador genético, por lo que sería la persona menos recomendable para dirigir España.

 Iglesias se siente contento de ser marxista leninista y se expresa como sus antepasados, en donde su mente ha quedado anclada en ese momento o época que ha vivido y que todavía no ha superado, Ahora que puede, porque así lo han decidido sus militantes, se le ha consentido que ejercite esta masacre cultural que lo único que ocasiona es incrementar el decaimiento intelectual en nuestro país.

Otras de sus “perlas” es la retirada de la misa católica de RTVE, por ser España un país aconfesional y ser la televisión un ente público. Para los partidos radicales o populistas la iglesia, como se sabe, no entra en su ideología y por ello, el resto de los humanos han de acatar sus deseos conforme a sus razonamientos. La sociedad es plural y en España, dos tercios son proclives a su emisión, sobre todo pensando en los impedidos, a los que no se les puede amputar sus ideas, aunque los revolucionarios no alcanzan a comprender estos valores.

 Que a gusto se encuentra el “camarada” Pablo en la oposición o en cualquier lugar que ocupe en el Parlamento. Lo que viste es codearse con amigos o enemigos, pero dentro de él. Se respira otro aire desconocido para él, que de seguir por esos derroteros, me temo que poco le va a durar. Todo llegará.

 

 

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