En el periódico ABC de Sevilla del pasado día 23 de julio, leí un artículo de Análisis, escrito por Ignacio Camacho y me llevé una gran decepción. No tiene desperdicio en el ataque furibundo y sibilino que le impone al expresidente Rajoy. Poco milimetrado. Como dice en pocas palabras el vulgo: “Le ha puesto a parir.”

 No sabía de su ambivalencia, desconocía ese aspecto de su personalidad.  “Descomposición del marianismo”, expresa. No es para tanto. Han existido unas primarias, el debut, y se han confeccionado como se barruntaba. Si es elegida Soraya, lo lógico es pensar en un continuismo político. Rajoy no se ha llevado sorpresa alguna, ha demostrado con creces su saber estar en cada momento. La inteligencia no se pierde porque un señor lo diga. Es su punto vista criticable o no, en este caso tendencioso y arbitrario. ¿Qué le ha hecho Mariano?

Ignacio, escribe de forma inconsciente, y juzga: “no vio venir a Casado”; más lejos de la realidad, se ha mantenido al margen como prometió y lo ha cumplido. Referente al desgaste o cansancio de Rajoy, que menciona en su artículo, está originado por personas como usted. Nada tiene que ver con la política en sí, más bien está en relación en el sentido peyorativo hacia su persona y no como gobernante.

Asimismo, comenta, que lo único en lo que ha “acertado” es en la economía. Es demencial pensar que es poco importante. Es lo fundamental para que un país marche.  Hablar de memoria histórica, de desenterrar a Franco o del Aquarius, con el desastre que nos ha  traído, además de otros temas ideológicos, no lleva al  progreso o desarrollo,  sino más bien lo que hace es enlentecer y retrasar, que es lo que está sucediendo.

La última etapa de su mandato, estaba cansado, sí, de oír a todos los partidos, una confabulación en contra, como usted hace  aposterioris. El escuchar todos los días que se “vaya” no es agradable. No sé si con o sin razón, pero  sí de una forma ofensiva e insultante. En España nos cansamos de ver todos los días la misma cara. Se quiere algo diferente, sin saber si es bueno o malo. Cambiar por cambiar.

Como conclusión, decir que este sofocón veraniego de nuestro amigo Camacho, ha servido para reiterarme que los españoles no tenemos solución. De esta  manera no se hace un bien a nuestra nación, hay que ser más creativo y tener un poca más de imaginación. Sabemos que destruir es lo más sencillo.