Hoy día, existen unos nuevos seres inmersos en nuestro mundo,  animados, con cuerpo y que se transforman en monstruos. Estos entes son un símil de los que decidieron sobre la vida de Marta del Castillo. 

Los monstruos no sólo existen en nuestra imaginación o en los cuentos, lo tenemos presente en nuestra vida diaria y aparecen cuando más ajenos estamos. Los hay de todas las edades, que con más frecuencia se van alejando de la madurez y aparecen en edades más tempranas, como en la adolescencia.

 El hombre, para estos elementos,  se siente incapaz de establecer leyes, pues  a no ser en   películas, en donde se encuentra una justicia a su medida, no son valorados  con exactitud.  Existe miedo para legislar contra estos engendros que viven, permanecen y mueren, aunque  extraños, en  nuestra sociedad y no hay más remedio que inventar  un antídoto,  como ocurre con las enfermedades. Son necesarios nuevos estatutos ya que son inéditos. No se les puede meter en un “cajón de sastre”, para dictaminar resoluciones que no abarcan estos nuevos seres.

 Hay que pensar y saber que van a  seguir apareciendo “monstruos”, como ha ocurrido con la violencia hacia las mujeres, en la que se está dictaminando con leyes totalmente obsoletas. Hay que rejuvenecer la Justicia y saber darle su justa medida en cada momento, en cada caso delictivo,  para mantener en lo posible, tranquila a la ciudadanía.