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 Se quiera o no, mentalmente la izquierda no ha superado todavía  nuestra guerra civil, que no por lejos, algunos no han olvidado. Lo digo sin arrogancia, sino por la forma de pensar y actuar que tienen. Ya que la imagen que desprenden es incohereadante, desestabilizadora y por tanto, muy comprometida para nuestra nación. Después de tantos años que llevamos de la mal llamada democracia, que sólo se parece porque cumple todos los parámetros que se exigen, no han evolucionado en la forma de pensar y actuar. 

 La socialdemocracia o mejor dicho, la izquierda, ya que el socialismo es una amalgama de partidos de ideología posmarxista que no siguen una ruta definida, sin perspectivas, que en vez de construir y pensar razonadamente siguen una línea retrógrada que ha abocado en lo que somos, un país carente de cultura y cuyos valores éticos y morales ha desaparecido hasta límites de lo absurdo.

            Ahora están con las confederaciones y separatismos, aunque sobre lo último no se ponen de acuerdo. Quieren una España “esquizofrénica”. Y aparece en escena una nueva vedette, Susana Díaz, que promete un nuevo tiempo y anima a reconocer errores, no sé para  cuando, ya que sobre la mesa está el asunto de los ERE y parece que no es asunto a explicar. No se puede estar en manos de personas, como en el caso de la comunidad autónoma andaluza, en donde  el índice de fracasos escolares y paro supera al de todo el resto de  España. Y sigue avanzando.

            En todos los tiempos, excepto hoy en día, en que según parece hemos superado lo precario de la enseñanza, para cualquier carrera universitaria o no, era preciso presentar un curriculum vitae, excepto en la política, que si existe es extremadamente pobre, cuando debiera ser primordial, ya que todo un país va a depender del saber de una persona con dicho cargo. Ahora, tenemos el ejemplo antes comentado en Andalucía, en donde la nueva secretaria del PSOE-A, Susana Díaz, el único mérito es ser licenciada en Derecho, tras largos once años de dura batalla. Sin embargo, según sus acólitos, tiene una dilatada experiencia en “política”. La verdad es que ha tenido dos grandes “profesores”, que le habrán enseñado cómo llegar a un cargo de tal categoría. Me refiero a Chaves y Griñán, los cuales abandonaron sus sillones, por el peligro que se les venía encima.

            Se puede decir que su formación en política ha sido la “osmosis” de sus “jefes”.  Lo más grave es que  la esperanza de la izquierda está depositada en ella. Lo que nos obliga a pensar que la alternativa a la derecha es de tal tibieza que nos debe poner en alerta a todos los españoles de todas las ideologías, de que vamos al fondo del abismo, encontrándonos en un lateral y con ganas de ascender, pero no nos dejan. De esta forma España, seguirá muerta.