Pedro Sánchez “El Empecinado”, nada tiene que ver con Juan Martín Díez, "el empecinado", militar español de la Guerra de la Independencia, que derrotó en varias ocasiones a las tropas de Napoleón. El comentario es por lo testarudo, necio, irreflexivo, obcecado y, sobre todo, insensato de Sánchez.

No se puede tolerar que una persona de estas características, pueda desestabilizar España, dentro del contexto político-social que se viene manejando. La izquierda ha perdido su rumbo, sobre todo el PSOE, que está padeciendo una fractura interna grave. Si Sánchez sigue obstinado y su partido no da una solución inmediata, el pueblo se hará oír con sus voces, ya que cerca de ocho millones de españoles votaron al PP. Si los pactos sirven para desunir, sería más rentable quitar las votaciones, y la ciudadanía decidirá de una manera transversal y, probablemente, más equilibrada.

La insensatez de Pedro nos puede llevar a un enfrentamiento social, difícil de calibrar, dada la cultura de nuestro país. Hay que tener inteligencia política para conectar con el resto de los partidos. Cómo se podría tener como presidente del Gobierno de España a una persona que actúa de esta forma. Además, de que no tiene empatía con un partido, en este caso el PP, y con insuficientes escaños para poder gobernar.

Decían que el PP no sabía comunicar, pero semejante individuo no sabe escuchar, el peor defecto de los españoles. Es imposible sea nuestro mandatario, pues su forma de actuar se acerca más a la de “dictador”.

Pedro Sánchez “El Empecinado”, nada tiene que ver con Juan Martín Díez, «el Empecinado», militar español de la Guerra de la Independencia, que derrotó en varias ocasiones a las tropas de Napoleón. El comentario es por lo testarudo, necio, irreflexivo, obcecado y, sobre todo, insensato de Sánchez.