Imprimir

 Actualmente el PSOE, o mejor dicho lo poco que queda del mismo, no tiene afiliados o simpatizantes que lo representen. Han cambiado su forma de pensar. Han apartado a los barones que trabajaron en el PSOE y ahora no tienen a ninguna persona que puedan poner en el pedestal para ser candidato a Presidente.

Motivos, son varios, pero el fundamental es que han modificado sus idearios políticos que empezó con Zapatero que fue un fiasco, un fracaso, y le ha seguido Pedro Sánchez que ha superado con creces la política del anterior.

 Los antiguos barones no representan nada, están apartados y observando el esperpento de partido. En la actualidad el partido es “rojo-comunista”, no un “Gobierno Frankenstein” que algunos quieren renombrar y que en su día lo definió Alfredo Pérez Rubalcaba: “el socialismo nunca irá junto a independentistas”. Hoy por hoy el PSOE no existe como tal, y ante estas circunstancias va a durar muy poco o España va en caída libre.

Todo viene nutrido por el resentimiento que cobijan y que nunca desaparecerá e irá a la tumba con ello. ¿Qué es? La derrota de la Guerra Civil los ha dejado bloqueado y no siguen una directriz que no sea “hundir a la derecha”, y son consciente que eso no ocurrirá porque no tienen argumentos intelectuales. El fundamento es el que siempre han tenido y seguirán, ya que no se toman el interés en ese aspecto.

Aunque no lo parezca, el presidente del Gobierno es un “hombre de paja”, intenta demostrar su poder, pero lo cierto es que se deja llevar, desde el punto de vista “intelectual” por otras personas. ¿Cómo se llega a ese diagnóstico? Por la perseverancia en cambios de sus ministros o asesores.

El Presidente no sabe que hacer respecto a mejorar a los suyos con el convencimiento de que le voten. Giro a las subvenciones de los “rojos-comunistas”, aumentándolas, subiendo impuestos, y en otros aspectos bautizar la Ley de Memoria Democrática para castigar a los que sufrieron agresión o ensañamiento durante la Guerra de España y la Dictadura franquista. Como se puede sospechar la pérdida de la guerra, lo llevan en el ADN y por mucho que insistan, ese quebranto nunca lo superaran. Lo único que tratan es de rememorar la Transición.

No obstante, para terminar, se puede añadir la patología mental de este individuo, que se corresponde con sus actuaciones, y las palabras que arroja, que demuestran lo peligroso que es tener al mando de una nación a una persona de esta calaña.