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Qué es la próstata?  La próstata es una glándula que forma parte de los órganos reproductores masculinos. Produce parte del líquido seminal que protege y nutre a los espermatozoides contenidos en el semen. Se encuentra situada  por delante del recto, debajo de la vejiga y  rodeando la uretra, que lleva la orina desde la vejiga al exterior. Dada esta situación es por lo que cualquier proceso inflamatorio que afecte a la próstata, origina síntomas de los órganos vecinos, vejiga e intestino.  

 

  El adenoma de próstata es la patología benigna más frecuente dentro del apartado de las enfermedades de la próstata, después de los 50 años. Conforme se avanza en la edad, ésta aumenta de tamaño generalmente.  

Cuando se  empieza con  dificultad para orinar, lo más habitual  es que se deba al crecimiento de la próstata, que comprime la uretra, lo que se traduce en los siguientes síntomas:

No obstante, en ocasiones el agrandamiento de próstata o BPH, cursa sin apenas síntomas pasando desapercibido.

              Pruebas diagnósticas

Tacto rectal. Es la primera prueba que se pide, la que transmite al médico noticia muy valiosa sobre la enfermedad prostática. Consiste en introducir un dedo enguantado en el recto y palpar la próstata, que se encuentra en contacto con el recto. Asimismo, nos sirve para la detección precoz del cáncer de próstata. En la actualidad esta exploración se está abandonando, dado el importante arsenal de aparataje con que se cuenta.

Análisis de sangre. Se solicita  el Antígeno Prostático Específico o PSA, sus siglas en inglés, para descartar el cáncer de próstata. Niveles altos PSA puede ser indicativo de ésta patología, aunque no es fiable en su totalidad, ya que se pueden dar niveles altos en otras enfermedades de la próstata.

Uroflujometría. Con esta exploración medimos la cantidad de orina que el  paciente es capaz de evacuar por segundo y además, el tiempo de  micción. Consiste en orinar en un recipiente, por lo que hay que retener la orina durante un tiempo. Es una prueba fácil, indolora y se realiza en pocos minutos. Indispensable para el diagnóstico de la BPH.

Ecografía. Es un estudio por imágenes. Nos proporciona datos sobre la morfología de la glándula, como es: tamaño, forma, crecimiento anormal, impronta en la vejiga, si existen  nódulos, que nos hablaría de la presencia de cáncer, etc.

 

Cistoscopia. Otra manera de identificar un problema obstructivo de la orina por medio del cistoscopio. Se trata de un tubo que se introduce en la vejiga a través de la uretra. Se  utiliza en  caso de diagnósticos complicados.

            Tratamiento

            Existen distintos tratamientos que van desde el expectante hasta la cirugía en sus múltiples disciplinas. Una vez que se hace el diagnóstico de BPH, si el paciente tiene buena calidad de vida se optará por una actitud vigilada, con revisiones periódicas para seguir la evolución  de la enfermedad.

            Respecto al tratamiento con medicamentos, estos han ido variando a través del tiempo, desde la fitoterapia   (a base de plantas medicinales y sus derivados),  los Reductores de dihidrotestosterona (Finasterida, Proscar), hasta los Bloqueadores Alfa 1 Adrenérgicos (Alfuzosina, Tamsulosina, Silodosina…).Últimamente, se ha   comercializado un nuevo fármaco que asocia a estas dos sustancias,  los   Reductores de dihidrotestosterona y los Bloqueadores Alfa 1 Adrenérgicos, su nombre es Duodart.

            La cirugía del adenoma de próstata se aborda  por dos vías, la endoscópica o cerrada y  la abierta. Se utiliza  uno u otro método, dependiendo de las características del adenoma. En la vía endoscópica o transuretral, se aborda la próstata a través de la uretra. En mi opinión, sigue siendo la regla de oro, a pesar de los avances logrados por otras técnicas.

            Son varios los procedimientos transuretrales, entre los más importantes están:

      La cirugía abierta, es la que se realiza mediante incisión en la piel y extracción total del adenoma, necesitando anestesia general. Existen varias técnicas.

            Comentarios

            Tanto en la cirugía abierta como en la cerrada, no se extirpa la próstata, sólo se realiza en el cáncer de próstata (Prostatectomía). En casos excepcionales, la próstata puede seguir creciendo y los problemas urinarios pueden volver a surgir, es por tanto  conveniente  seguir revisiones periódicas para evitar que no haya desarrollo posterior de BPH o cáncer de próstata.

            La cirugía del adenoma de próstata puede tener efectos secundarios, como alteración en la función sexual recuperable en su totalidad  en menos de un año. Asimismo, se produce eyaculación retrógrada en la mayoría de los casos, es decir, el semen no sale por el pene durante el orgasmo, sino hacia atrás, a la vejiga.

            Por último, comentar que tener  adenoma de próstata no equivale a padecer cáncer. Los síntomas iniciales son similares en ambas, por lo que es importante a partir de los 50 años acudir  al urólogo para que realice el estudio conveniente.