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¿Qué es la menopausia?

La menopausia tiene lugar cuando se interrumpe el  periodo en la mujer. El doctor Eloy Muñoz, perteneciente al servicio de ginecología del Hospital Doce de Octubre, la define como, “La ausencia de regla por un periodo continuado de un año”. No es una enfermedad, es un cambio lógico que sucede entre los 45 y 55 años, aunque no tiene una edad fija. Va a depender de cuando apareció la primera regla y  de la zona geográfica en donde nació. Por ejemplo, en Asturias la menopausia está en torno a los 54 o 55 años y en Andalucía se da antes. Por tanto, no hay que prevenirla ya que forma parte del desarrollo natural de la mujer.

La causa es un descenso de estrógeno y progesterona, hormonas que definen al sexo femenino. Existe también la “menopausia quirúrgica”, que sucede cuando se extirpan los ovarios,  dando lugar a  una disminución de estrógenos.

Síntomas

Los síntomas que indican que se acerca la menopausia aparecen entre dos y cinco años antes de que se retire por completo. “No es un proceso brusco, sino que la mujer, por lo general, comienza a sentir una serie de síntomas que pueden darse durante los cincos años previos a su llegada”, asegura el doctor Muñoz.

Los cambios en la regla como retrasos, periodos más abundantes o pequeños, flujo..., son los síntomas iniciales, que son diferentes en cada mujer. “Es importante que cuando esto ocurra, la mujer acuda a su ginecólogo para descartar que detrás de esta variación en sus periodos se esconda alguna enfermedad”, explica el doctor Muñoz.

Uno de los síntomas que más incide en la calidad de vida de la mujer son los sofocos, que aumentan por la noche y sobre todo en verano son muy  molestos. La mujer tiene que pensar en prepararse para el siguiente año, ya que tienen una esperanza de vida alrededor de los 85 años, solo superada por las japonesas,  les quedan  pues unos años y tienen que buscar una buena calidad de vida.  

La aparición de sofocos sin causa aparente y de manera súbita, una sensación de calor en la zona del pecho y que asciende hacia la cara con sudoración, incluso enrojecimiento de la piel, son uno de los síntomas que más incomoda y atormenta a la mujer. Si esto sucede, se pone tratamiento con  hormonas o la píldora anticonceptiva.

Los síntomas duran 5 años o más y son distintos de una mujer a otra, sobre todo, en intensidad. Además de los sofocos, ya comentados, aparecen  latidos cardíacos rápidos o palpitaciones, sudores fríos, enrojecimiento de la piel, insomnio, disminución del deseo sexual, dolores de cabeza, dolores articulares, pérdida de la memoria, cambios emocionales, como depresión, irritación o tristeza. Menos habitual es la sequedad vaginal que da lugar  a infecciones por alteración de la flora vaginal e incluso dolor en las relaciones sexuales.  

Para algunas mujeres, la llegada de la menopausia tiene una gran acogida, pues significa el fin de las medidas anticonceptivas para mantener relaciones sexuales y el de los dolores menstruales, pero para otras,  supone el término  de la etapa de fertilidad y la llegada de un mayor envejecimiento. Otros cambios son el ensanchamiento de caderas, aumento de vello facial, mayor frecuencia en la micción o incontinencia urinaria. En esta época el pelo se debilita y se vuelve quebradizo.

Diagnóstico

Consiste en el estudio de los niveles hormonales en sangre y orina. Se realizan exámenes del estradiol, hormona foliculoestimulante y luteinizante. Igualmente, se investiga la pérdida ósea, para lo cual se valora su densidad, sobre todo entre 60 y 65 años.

Tratamiento

Lo primero que tiene que hacer la mujer es prepararse y todo empieza por ir al ginecólogo y explicarle lo que le ocurre. El tratamiento se basa en  la hormonoterapia  y  cambio en el estilo de vida.

Si tienen menos de 60 años y más de dos sofocos por las noches, se instaura terapia hormonal (estrógenos y progesterona), que  consiste en poner las hormonas que faltan en cantidades mínimas y  suficientes para mejorar la calidad de vida, pero si no es urgente, se acude a la dieta. Asimismo, se indica en mujeres que tengan, sudoración nocturna, cambios bruscos de humor, cuadros depresivos o sequedad vaginal. No se debe emplear si la menopausia ha empezado hace varios años, excepto los estrógenos por vía vaginal. Para  minimizar el riesgo del tratamiento con esta hormona, se utilizan  dosis más bajas u otra vía, como la crema vaginal y el parche en la piel. Si existe sequedad de mucosas, como la vaginal, se necesita apoyo médico, sobre todo, para mejorar la actividad sexual.

Antes de iniciar este tipo de tratamiento, hay que valorar la historia clínica anterior y antecedentes familiares, además de que tengan poco riesgo de accidente cerebrovascular, cardiopatía o cáncer de mama. Es preciso tener en cuenta algunos principios básicos, como  por ejemplo evitar la cafeína, el alcohol y las bebidas calientes, que aumentan los sofocos. Igualmente, está indicado realizar exámenes pélvicos, estudio de mama y citología vaginal.

Cuando no se puede hacer tratamiento hormonal, existen otras alternativas. En caso de cambio emocional se darán antidepresivos como Paxil, Effexor y Prozac; si se suma la hipertensión se utilizará la clonidina (Catapres) y para los sofocos la gabapentina con la que se trata las crisis epilépticas. Como complemento a estas terapias tenemos la dieta. La semilla de soja o la onagra son  beneficiosas, aunque no hay acuerdo entre los científicos.  La soja parece que reduce algunos de los síntomas al principio, como los sofocos, la sequedad vaginal o trastornos del sueño y ayuda a prevenir la osteoporosis. No obstante, investigadores de la Universidad de Miami (EEUU), indican que no tiene ningún efecto, excepto los casos en que los trastornos son suaves. Es conveniente incrementar la dieta con calcio y vitamina D. Algunos consejos útiles son usar ropa ligera, el ejercicio y permanecer sexualmente activa, utilizando si es necesario, lubricante vaginal en las relaciones sexuales.  

Complicaciones  

Se han descrito casos de sangrado vaginal después de la menopausia, que no es importante. La caída de estrógenos da lugar a perdida de calcio y osteoporosis en algunas mujeres, así como cifras altas de colesterol y riesgo de cardiopatía. Es conveniente ir al médico si existe manchado de sangre entre periodos e igualmente, si después de  un año sin periodo comienza a manchar, aunque sea en pequeña cantidad.

La  conclusión final es, prepararse para todos los años posteriores tener una buena calidad de vida, no solo de los sofocos, sino de todos los demás síntomas.