El cáncer de colon o colorrectal es un tema siempre de actualidad y sobre el que hay que concienciar a la ciudadanía de que el tratamiento más efectivo es la prevención.

¿Qué es el cáncer?

El cáncer sobreviene cuando las células crecen de forma descontrolada y desordenada. Puede   ocurrir en cualquier parte del cuerpo como pulmones, próstata, colon o en la misma sangre. Asimismo, estas células cancerosas se propagan a otras partes del cuerpo, por ejemplo, de la próstata a los huesos e hígado, a esto se denomina metástasis. La rapidez con la que se desarrollan difiere de unos órganos a otros, y lo mismo ocurre con el tratamiento, unos tumores requieren cirugía y otros fármacos (quimioterapia) o radioterapia.

Cáncer de colon

Este tipo de cáncer se produce en la mucosa del intestino grueso y suele desarrollarse sobre un pólipo ya existente en dicha mucosa. Evoluciona de tres formas: a) Crecimiento local, en el mismo lugar donde está ubicado el tumor. b) Diseminación por la sangre, las células tumorales circulan por vía sanguínea y dan lugar a las metástasis en diferentes órganos, como pulmón, huesos, hígado o cerebro. c) Diseminación por vía linfática. El colon goza de una red de vasos linfáticos que proporciona un drenaje a numerosas regiones ganglionares donde pueden desarrollar el tumor.

Incidencia

Es el tumor más frecuente en nuestro país y va en aumento, siendo su incidencia de unos 40.000 nuevos casos al año y la supervivencia a los 5 años es de un 64%. En EE.UU. gracias a la prevención este tumor ha disminuido en un 45%. El motivo no está bien definido, aunque parece estar en relación en la preservación de los alimentos, reducción de grasas en la dieta alimenticia, el efecto secundario de algunos fármacos como aspirina, antibióticos, el calcio, medicamentos contra el colesterol etc.

Síntomas

El cáncer de colon tiene una larga evolución y sus síntomas van a depender de la localización que tengan en el intestino grueso. En general, aparecen en el estadío más avanzado de la enfermedad, sin embargo no son exclusivos de ésta, ya que pueden producirse en otras patologías digestivas, como por ejemplo las hemorroides.

Los más habituales son:

Molestias abdominales. Las molestias abdominales es el síntoma más frecuente. Cuando el tumor cierra parcialmente el tubo intestinal provoca dolor tipo cólico. Si el cierre es completo se produce la obstrucción intestinal y se caracteriza por la aparición de estreñimiento pertinaz, náuseas, vómitos y dolor abdominal. Ante esta situación, es necesaria la atención médica quirúrgica urgente.

Cambios en el ritmo intestinal o deposiciones, en donde alternan las crisis de diarrea con el estreñimiento, cuando antes tenían un ritmo normal. Los periodos de estreñimientos son más habituales.

Sangre en las heces. La presencia de sangre en las heces pasa normalmente desapercibida al ojo humano. Si no se diagnóstica pronto, da lugar a la anemia con los síntomas propios de ella como cansancio, mareos, palidez, falta de aire y palpitaciones entre otros.

Tenesmo rectal. Sensación de defecar cuando el intestino está vacío. Puede ir acompañado de dolor tipo cólico.

Otras manifestaciones, como sucede en la mayoría de los cánceres son la pérdida de apetito y peso, así como cansancio.

Todos los síntomas que se han expuestos respecto del cáncer de colon, se pueden dar en otras patologías como diarreas, hemorroides o múltiples trastornos digestivos. No obstante, ante la aparición de algunos de estos síntomas hay que consultar al médico.

ColonoscopiaDiagnóstico 

Una vez que se hace el diagnóstico del cáncer el médico expondrá los distintos tratamientos y el paciente valorará el más oportuno. Existen varias alternativas de procedimiento médico dependiendo del momento evolutivo del tumor. Éste es uno de los pocos cánceres que se puede hacer la diagnosis antes de la aparición de los síntomas. Cuando estos se manifiestan están en la fase avanzada de la enfermedad por lo que es fundamental hacer un diagnóstico precoz, básico para detectar el tumor en estadíos iniciales. La prueba más utilizada es la test de sangre oculta en heces, que consiste en ver si existe sangre en las heces. Es un test indoloro, cómodo, que realiza el paciente en su domicilio y consiste en la toma de una muestra de heces durante tres días consecutivos. Si la muestra es positiva, o sea, se descubre sangre, el siguiente paso sería la colonoscopia, para visualizar de qué parte del intestino procede el sangrado.  

No obstante, la sangre oculta en heces puede manifestarse en otras afecciones como hemorroides, pólipos, várices esofágicas, vasos sanguíneos anómalos, procesos inflamatorios intestinales, úlceras de estómago, por lo que es conveniente hacer un estudio en profundidad.

En esta patología, como se ha dicho, lo más importante es la prevención, por lo que es recomendable advertir a la población que a partir de los 50 años se haga un estudio de sangre oculta en heces, fundamentalmente si existen antecedentes familiares, en cuyo caso se debe recurrir al médico en edades más tempranas. En estos casos es decisiva la colonoscopia para el diagnóstico precoz, y en caso de visualizar pólipos, lesiones precancerosas, se podrán extirpar y así dar por curada la enfermedad. Igualmente,   es esencial para detectar tumores en estadíos iniciales.

Actualmente está en estudio un nuevo método de detección precoz de los tumores malignos, mediante un simple análisis de sangre (biopsia líquida). Dicha investigación la está llevando a cabo Josep Baselga director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, según publica el suplemento XL Semanal del periódico ABC.

Tratamiento

Según la etapa en que se encuentre el cáncer será un equipo especialista diferente quien valore el momento; existen diferentes grupos especializados: médico de aparato digestivo, cirujano oncólogo y colorrectal, oncólogo especializado en radioterapia y oncólogo experto en quimioterapia.

Una vez realizado el diagnóstico se procederá al tratamiento, que será diferente según el tipo y la etapa en que se encuentre el cáncer. La base fundamental es la cirugía que se complementa con la radioterapia y la embolización, no olvidando la quimioterapia que se utiliza tanto por vía oral como a través del torrente circulatorio. Está indicada cuando existen ramificaciones del tumor a otras zonas del cuerpo. En todos los casos es conveniente hablar con el médico sobre los diversos tipos de tratamiento para tomar la mejor opción, además de valorar los posibles efectos secundarios.

Asimismo, es aconsejable un cambio en el hábito de vida, insistir en la dieta mediterránea, evitar el tabaco y realizar ejercicio físico.

Para finalizar, es fundamental hablar con el médico para la elección del tratamiento, y asimismo, es interesante una segunda opinión antes de comenzar la terapia. Cuando el cáncer esta en estadío terminal cabe la posibilidad de suspender la medicación, ya que puede ser más perjudicial que beneficiosa. Ante esta coyuntura el paciente puede obtener soporte de ayuda para mejorar su calidad de vida.