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¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia (FM) no fue aceptada  como enfermedad hasta 1992 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el nombre de reumatismo no articular, y la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) la reconoció en 1994. Los síntomas simulan otras dolencias, por lo que es importante hacer un diagnóstico diferencial precoz. Las primeras referencias la sitúan en 1800 y fue denominada FM en 1976; con anterioridad se la relacionó con el histerismo o trastorno psíquico y en la actualidad algunos científicos la definen todavía como enfermedad  psicosomática.

 La FM se caracteriza por ser crónica incapacitante para el mundo laboral y actividades diarias, que causa dolor en músculos y huesos en todo el cuerpo, con una sensibilidad mayor al afectar la forma en que el cerebro modifica el dolor y que se acompaña de un cortejo sintomático, como pérdida de memoria, alteraciones emocionales o trastornos de sueño. Es más frecuente en mujeres ente los 30 y 50 años. Sigue siendo un desafío para la Medicina en dos aspectos, uno por la diversidad de síntomas que presenta y otro la compatibilidad con otras patologías como pueden ser la artritis o el reumatismo.

Síntomas                    

Los síntomas  de la FM son múltiples, el más significativo el dolor crónico de tipo reumático en huesos y músculos que provocan un agotamiento físico y mental, que aparece de forma espontánea en algunas ocasiones o bien tras un  traumatismo, cirugía o infecciones. Otras manifestaciones son: cefaleas, colon irritable, cansancio, ansiedad, depresión, dificultades en la concentración  y  hormigueo en las extremidades.

El dolor es recurrente e influye sobre la movilidad articular afectando al estado anímico de la persona, lo que ocasiona  pérdida de la  calidad de vida. Casi siempre los síntomas suelen aparecer por las mañanas y aunque duermen suficientes horas se levantan cansados; el sueño es intermitente con insomnio, lo que sumado al dolor les hace llevar una vida tormentosa.

El Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Madrid, ha investigado que estos pacientes presentan unos puntos dolorosos predefinidos, llamados “puntos gatillo”  (Síndrome del dolor miofascial) de tipo neuromuscular que se agudizan con los  movimientos reiterados, un esfuerzo muscular, el frio o un período de estrés. Estas personas  describen el dolor de diversas formas: “como si me estuvieran quemando”, “como si me pincharan”, otras veces lo refieren en el pelo, uñas, etc. En cada persona la sintomatología cursa de manera distinta.

¿Quién tiene más posibilidades de tener fibromialgia? Cualquier persona, aunque parece ser que las que sufren artritis reumatoide, lupus en sus distintas variedades  o haber tenido algún familiar con FM, son más propensas a padecerla, aunque no  existe una  transmisión directa de padres a hijos.  

Diagnóstico

Se comienza, como en cualquier enfermedad por hacer una historia clínica detallada y un estudio físico, seguido de pruebas analíticas y radiológicas. Es esencial que la sintomatología dolorosa se prolongue durante un largo periodo de tiempo y por último, el paciente tiene que describir los puntos dolorosos  que ha tenido recientemente

El diagnóstico es complicado y la realidad es que todavía no se ha encontrado la causa que motive esta enfermedad, aunque se han barajado varias hipótesis aún sin demostrar como: lesiones frecuentes, infecciones por virus o traumatismos. No se ven  alteraciones ni analíticas ni por imágenes (ausencia de signos inflamatorios o degenerativos), así como orgánicas que evidencien  la existencia de este padecimiento. No obstante, siempre que aparezcan puntos dolorosos de larga duración, más de tres meses, hay que pensar en la FM.

Se confunde con el síndrome de fatiga o astenia crónica, que se caracteriza por fatiga física y mental que no mejora con el descanso y  empeora con el ejercicio físico. Igual que la FM no se puede demostrar  mediante ningún estudio clínico.

En la actualidad para el diagnóstico de la FM se siguen  las pautas que marca el Colegio Americano de Reumatología (ACR),  desde 1990 y puestos al día en el 2010. Consiste en valorar los puntos dolorosos o puntos gatillo, explorando si existe dolor a la presión en  11 de los 18 puntos, y preguntando si los ha tenido en las dos últimas semanas. El resto de la sintomatología se evalúa durante los tres últimos meses. Otros parámetros son que no haya mejoría con el tratamiento médico, así como la existencia de patologías asociadas.

Tratamiento

El tratamiento es paliativo y se apoya en diferentes terapias además de la farmacológica. Se basa en: psicoterapia, fisioterapia, y el ejercicio físico fundamentalmente. Todo esto se complementa con medicina alternativa como la acupuntura, quiropráctica o masajes. Entre los fármacos están los analgésicos, preparados específicos para combatir la FM, ansiolíticos, hipnóticos para evitar el insomnio y antidepresivos.

Asimismo, cambio en el estilo de vida con la ayuda de medidas higiénico-dietéticas  como método paliativo y de esta forma mejorar su calidad de vida. Para ello es necesario: tener una dieta saludable, ejercicio físico, preferentemente con un profesional, favorecer el dormir así como aliviar el estrés y alternar las tareas cotidianas con tiempo para el descanso.

Capítulo importante es el referente a la parte médico-jurídica, o sea el pronunciamiento del Tribunal Médico sobre el grado de incapacidad que se le otorga  a cada enfermo, ya que en algunos casos no llega a ser invalidante. El Tribunal Médico señala que en España afecta a un millón de personas de las cuales un 90% serian mujeres.

Una vez hecho el diagnóstico, es indispensable su valoración por un especialista en Reumatología del Servicio Público de Salud. Los  requisitos para optar a la  incapacidad laboral permanente son: No tener respuesta al tratamiento médico, imposibilidad para realizar el trabajo habitual,  evidenciar como mínimo dolor en 11 de los 18 puntos dolorosos o puntos gatillo y presentar una patología concomitante. Estos puntos están situados en:

Como conclusión,  señalar que la FM origina muchas dudas a todos los niveles, tanto a pacientes como a familias y médicos por motivos muy diferentes y que todos desembocan en el mismo origen. Con el diagnóstico sucede lo mismo, se tarda infinidad de tiempo en dictaminarla y referente al tratamiento no existe ninguno específico para su curación.

Sigue siendo un enigma sobre todo cuando hay que tomar una decisión  para dar la invalidez, y si se otorga,  siempre la valoración es subjetiva dependiendo del médico o del juez, si fuese inevitable acudir él.

Hoy en día, aún no se sabe la causa que produce la FM siendo un reto para la medicina, por lo que el tratamiento sigue siendo una terapia múltiple, atacando los síntomas predominantes. Es esencial ir al médico especialista  en esta patología, para que el paciente tenga una buena calidad de vida.