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En este artículo nos vamos a centrar en la tercera edad, es decir la fase de envejecimiento y que en cada persona se manifiesta de forma distinta. Este periodo se refiere a la última etapa de la vida, que según estudios comienza sobre los 65 o 70 años y es por lo que la jubilación empieza a marcar esta época.

Se producen cambios orgánicos, metabólicos y cognitivos, así como sociales, o sea, la relación con el resto de la sociedad. Las modificaciones afectan a huesos, músculos con pérdida de fuerza y masa muscular (Sarcopenia), así como la dificultad para afrontar ciertas enfermedades. La vida se hace más vulnerable y está expuesta a una serie de padecimientos, por lo que se precisa de personal preparado para estas situaciones.

 Existe otro envejecimiento que es el precoz. La progeria, conocida como “síndrome de Hutchinson-Gilford”. Es una enfermedad rara. Su causa  es de tipo genético y  oasiona  un  envejecimiento prematuro en niños en los dos primeros años de la vida. Se caracteriza por crecimiento lento y caída del pelo. Suelen vivir menos tiempo, como término medio hasta los 13 años. Las patologías más frecuentes en estos pacientes son cardíacas y cerebrovasculares. Existen expectativas en el tratamiento de estas personas para mejorar su calidad de vida.                                                                                                           

¿Cuáles son las enfermedades más usuales en esta edad?

Actualmente la evolución que se ha producido dentro del campo de la medicina, hace que éstas que se desarrollan en la tercera edad sean más conocidas, aumentando la calidad de vida y reduciendo la mortalidad.

Entre las enfermedades más habituales que se originan en estas personas están:

Ictus. Conocido también por AVC (Accidente Vascular Cerebral) o infarto cerebral; el motivo está en que no hay aporte de sangre al cerebro por rotura u obstrucción de algún vaso sanguíneo lo que da lugar a la muerte de la célula cerebral.

Artritis y artrosis. La artritis es la inflamación de las articulaciones y la artrosis la degeneración del cartílago de la articulación que se produce por la edad. Es más frecuente en mujeres. El dolor se trata con antiinflamatorios y rehabilitación.

Alzheimer. Desarrolla alteraciones cognitivas que afectan a la memoria y al comportamiento. La padece una de cada diez personas mayores de 65 años.

Es común que estas personas no manifiesten o declaren las alteraciones mentales que sufren, en parte debido a que lo creen normal a su edad y la exterioricen por los síntomas físicos más que por los propios mentales o anímicos. Este apartado de salud mental es atendido por profesionales de atención primaria, médicos de familia.

Hipertensión. Es una constante en la personas mayores. En esta patología lo fundamental es vigilar la dieta y realizar ejercicios físicos adecuados.

Osteoporosis. Los huesos pierden minerales, calcio básicamente y densidad, por lo que se hacen más frágiles y se fracturan fácilmente con cualquier esfuerzo, agacharse o simplemente toser.

Existen otras enfermedades asociadas con esta edad como el párkinson, problemas en la vista y oído, depresión, la fibromialgia, trastornos del sueño o la diabetes.

¿Qué pautas se deben seguir en esta etapa de la vida?

En este periodo el organismo trabaja con más lentitud en la recuperación de cualquier trastorno que pueda surgir y estas últimas décadas en la que nos acercamos a la edad máxima de la vida, ocurre una decadencia de todo el sistema orgánico formado con anterioridad, por lo que existe una afectación a nivel físico, del conocimiento y sociológico. En cada persona es diferente, ya que cada individuo no envejece de la misma forma.

Es necesario modificar nuestro estilo de vida llevados con anterioridad en diversos aspectos según el padecimiento. En la diabetes es fundamental cambiar los hábitos alimenticios, así como evitar el estrés y realizar ejercicios físicos. Con estas normas se puede vivir con una buena calidad de vida.

En esta edad, el funcionamiento del organismo se hace más lento, el intestino se vuelve perezoso, que unido en ocasiones a la pérdida de apetito, ocasiona el estreñimiento. Para evitarlo es recomendable el aumento de la ingesta de líquidos, realizar ejercicios físicos, como caminar, y hacer cambios en el hábito alimenticio, tomar verduras y frutas.

Otro aspecto a tener en cuenta es la prevención mediante las vacunas. Las afecciones más corrientes y graves, son la gripe y la neumonía, por lo que es importante ponerse ambas vacunas, sobre todo ésta última. Se decía que la neumonía era un “pretexto para morir”, por lo que se explica la importancia de vacunarse de esta patología.

En el capítulo de enfermedades cardiovasculares, el infarto de miocardio es el más común y es una de las principales causas de muerte, que se ve favorecido por patologías asociadas como la diabetes, el tabaco, la obesidad y el colesterol especialmente.

Entre las enfermedades crónicas que se agravan con el envejecimiento está la Fibromialgia (F) y la Fatiga Crónica (FC). Ambas son muy similares, pero es imprescindible diferenciarlas para hacer el tratamiento apropiado en cada una de ellas.

Tanto la F como la FC son de difícil diagnostico por lo que el paciente sobrelleva sus síntomas continuamente, dolor con cansancio físico y mental, que en ocasiones llega a la depresión. El tratamiento de las dos patologías consiste en ejercicio físico y alimentación sana.

Otro problema es el que afecta a la vista y al oído. Respecto a la vista las afecciones que más se dan son las cataratas, glaucoma, presbicia o vista cansada, miopía y la degeneración macular.

En el oído es muy normal la sordera que excluye a la persona de la sociedad y le produce una soledad al no poder comunicarse. Es crucial resolverlo lo antes posible y para ello existen los audífonos, que mejoran la autoestima y calidad de vida. Asimismo, se originan cambios en la piel apareciendo las arrugas, pelo blanco y cierta flacidez. 

Para terminar comentar sobre la soledad que aumenta en la tercera edad, debido por una parte a la sociedad y por otra a la propia persona, que sin saberlo se aparta de la vida social. Esta situación origina entristecimiento y miedo o temor.

Afecta a 6 de cada 10 personas mayores y este aislamiento no ocurre por estar solos sino que aun estando acompañados de gente, tienen la sensación de soledad, es lo que se denomina soledad subjetiva. Hay que valorar bien a estas personas para dar la solución adecuada en cada caso.