“El fútbol español se vuelca con el indulto a Del Nido”, cabecera en la sección de Deportes, del ABC. ¿Tanta  inmoralidad esconde el fútbol en España?, me pregunto.

Este corporativismo no tiene sentido. No se mira si lo sucedido está bien o mal, sino amparar a un compañero, lo cual es digno de alabar si la ocasión lo requiere. Pero en este caso es irritante, ya que los dirigentes del fútbol se deben a su afición y en esta petición no la representan.

Existe un nuevo “modismo”, cual es pedir indultos, como el que compra  “melones”. Así lo han solicitado, Jaume Matas, Ortega Cano, Pedro Ángel Hernández Mateo… La España de hoy está degenerando a marchas forzadas. Lo que se ve en la actualidad era impensable hace 10  años, por decir un número, pero en realidad todos sabemos cuándo empezó a tocar fondo, aunque lo indiscutible es que nunca estuvo en la superficie.

Todavía existen, dentro del mundo del balón personas sensatas, ya que no todos  firmaron esa “chapuza”. Únicamente 3 de los 26 directivos con derecho a voto se abstuvieron.  

Visto lo visto en que una “panda” de alborotadores es capaz de retirar un proyecto, como el de Burgos, la externalización de hospitales en Madrid, los hechos vandálicos sucedidos en Alcorcón y lo que venga. O sea, que estamos en un lugar de poca o nula seguridad política, en donde incluso,  los jueces siguen parámetros diferentes, según su doctrina. España, desde el Gobierno del increíble pero real Zapatero, ha caído en el mayor socavón, de la mal llamada democracia,  del cual va ser muy complejo salir.

Se reivindica el indulto a del Nido, sabiendo toda la corrupción que se desató en Marbella hasta quedar totalmente desprestigiada, pues afectó, no solo el aspecto social, sino el más importante, el económico.

Da que pensar que durante la época en que España estaba en manos de Zapatero, el “monopolio periodístico” estuviera mudo, sin hacer críticas que tan acostumbrado nos tienen ahora que gobierna la derecha. Sería aconsejable que se dedicaran a dar aliento a la población y no reavivar conflictos, que ya sin duda vienen solos. No he oído ni leído nada relevante sobre los ERE en Andalucía, por ejemplo.

Sobre ETA, se vislumbra un acuerdo tácito de inmovilismo entre ambos gobiernos, el de Rajoy y Rubalcaba. El Gobierno actual dice que hay que acabar con ETA. Qué se está haciendo, pues no se ve ningún movimiento para llegar a tal desenlace. Lo que sucede es que cada vez, este grupo de terroristas van ganando más espacio dentro de la escena política española.

En nuestro país, la mayoría quieren ser protagonistas como dice el chascarrillo: “hay más jefes que indios”. Hace unos días, Alejo Vidal-Quadras deja el PP para afiliarse a Vox. Quería un cargo, desde hace tiempo, en el Gobierno y al no conseguirlo, el resentimiento le ha obligado a tomar esta decisión. Lo peor es que ya ha demostrado a los españoles su poca credibilidad y que como político camina hacia su desaparición como líder.

Asimismo, Rosa Díez protagonizó otro caso de huída hacia atrás; salió del PSOE para afiliarse a UPyD, del que fue cofundadora.

Caso similar ha sucedido con Pedro J. Ramírez en otra vertiente, que lo han cesado como director de El Mundo. Ha querido marcar las pautas del periodismo político siendo muy contundente en sus apreciaciones, llagando a rozar la grosería y el respeto hacia  los demás, y ese es un muro insalvable no ya por los gobernantes, sino por sus propios compañeros. El caso Bárcenas provocó una ruptura de las relaciones del diario con el Gobierno, que no envió a ningún representante a los últimos actos organizados por El Mundo, a diferencia de lo que había ocurrido en años anteriores.

Como se ve en nuestro país están pasando hechos cada vez más graves y del que no existen responsables. La izquierda, aprovechando la “dulzura” de la derecha,  es la que va medrando e incrustándose como el “cáncer” por todos los resquicios que encuentra y que están representados por el grupo más radical de la misma. Mientras sigamos así, seremos el hazme reír de todo el mundo.