En el fútbol no se debe placar, sino mirar y recrearse con el balón, tratar de realizar jugadas para deleitar al público. El atropellar  al contrario no es nada atractivo, sino deleznable, porque incita al público al mismo tiempo que le impide ver jugadas de las que está engalanado este virtuoso deporte.

 

Lo que no es aconsejable es que los que se consideran “profesores”, en este caso entrenadores, “El Cholo Simeone” en este caso, alienten al público, con lo que incitan al desgobierno y a crear situaciones extremas, que pueden desembocar en hechos no deseables, como ya ha ocurrido.

En la actualidad ver fútbol es casi imposible. Nos hemos acostumbrado a ver ganar a nuestro equipo, que de nuestro no tiene nada, para desterrar complejos, descerrajar insultos, demostrar nuestra ideología oculta, si se puede, maltratar al contrario, en resumen, desencadenar nuestra ira no eximida en condiciones más apropiadas.

Se está dando al fútbol unas dimensiones no propicias para otras situaciones. Son condicionantes de actitudes de las que después nos arrepentimos, pero que las favorecen. Ahora se trata de ganar no importa la forma, detrás existen una multitud de intereses, desde el periodístico, hasta el juego de azar con sus diferentes versiones.

El deterioro de este deporte va a marchas forzadas. No es que vaya a desaparecer, sino que seguirá con más adictos, lo malo es que no se han enterado de lo que es el “deporte  del fútbol”.