Los nuevos tiempos han traído a España que se tenga que recomponer  en su estructura económica. La empresa es difícil, no sólo por lo que concierne a la  crisis mundial, sino por lo maltrecha que ha quedado España, una vez más, en manos de dirigentes poco expertos en lides económicas. Siempre nos hemos volcado en  el ladrillo, el bueno y el “malo”.

Siempre aparece la picaresca. La construcción ha absorbido grandes volúmenes de personal humano que han hecho que en la actualidad la juventud carezca  de una buena formación que hoy se hecha en falta.

Este dilema ha sido facilitado asimismo, por la imperiosidad de tener un buen nivel de vida sin preocuparse de cimentar los perjuicios que podrían acarrear y que de hecho están sucediendo.

Se está hablando mucho de la dualidad que existe con  el Gobierno Central. Existen ministerios que se comparten con los Autonómicos. Así existen duplicidades en  justicia, sanidad, educación… Todo esto se ha agravado con otro problema que lleva consigo los nuevos tiempos como es el trabajo que ocupa la mujer. Ésta ha abandonado la casa, no sólo las labores domésticas (SL, antiguamente), sino que igualmente a sus hijos. Cuestión importante a la que no se le ha dado todavía solución.

De forma irónica se dice que las labores “caseras” hay que compartirlas, tanto el hombre como la mujer, pero una mujer con hijos y los deje al cuidado de un “ama de casa”, no es igual que si se ocupara personalmente de ellos. Ese poco afecto que se le da al hijo da lugar en el futuro, que este se forme nulo cariño, con pocos sentimientos y, en resumen, con escasa formación moral. Todo esto hace que la juventud, en un tanto por ciento importante no tenga apego al estudio, a la casa y está vagando por las calles en donde se recoge casi siempre lo negativo.

La escuela es importante, pero la familia lo es aún más. El vivir día a día cerca de los padres transmite al hijo el eje de su formación, es donde se va a formar el germen del cual va a depender su futuro.

En resumen, hay que sentar unas nuevas bases en estos tiempos diferentes a los pasados y, crear una nueva estructura tanto familiar como empresarial en donde se adivinen nuevos horizontes que den confianza al ser humano.