La ciencia es “interesada” o está “interesada”,  o mejor, el científico es “interesado” o está “interesado. El eterno dilema ser o no ser.En los juegos al igual que ocurre con los científicos hay que acatar unas normas que todos los jugadores tienen que cumplir. Se parte, como en las carreras atléticas, desde la línea de salida para que exista la misma igualdad de oportunidades a todos.

El investigador debe cumplir unas reglas, en general como agentes racionales, llevan a cabo  la teoría económica y aquí entramos en la hipótesis del juego, siendo la principal teoría la del equilibrio. Es decir, dentro del grupo, la decisión no va a depender  de uno, sino una vez se hayan expuestos  todas las ideas, se elegirá la mejor opción.

El juego de la ciencia tiene tres supuestos modelos. El científico debe escoger si entra en el juego para solucionar un problema y,  una vez dentro, tiene que valorar si es admitido por los colegas y, por último, saber si todos tienen  las mismas inquietudes. Sucede que cualquier investigación puede no ser aceptada, pues no existe una solución “correcta”, ya que  nunca se tiene la oportunidad de ganar. Todo depende del grupo y públicamente ningún científico aceptará una solución propuesta por otro. Desde esta perspectiva nadie  querría jugar. No hay posibilidad de ganar.

En estas condiciones es necesario hacer modificaciones. Por una parte instaurar unas reglas para cada investigación,  y segundo,  realizarlas. Si no se hace,  no habrá ni reconocimiento del científico, ni juego. Por lo que cada investigación necesitará reglas diferentes, dependiendo del rédito. Incluso estas normas pueden cambiar.

Como sucede  en el ajedrez se puede cambiar de estrategia, pero las reglas no se pueden modificar. No obstante, existe una ventaja del jugador con blancas, ya que sale primero. Sin embargo, utiliza el método científico, existen multitud de libros con distintas técnicas, se pueden formular valoraciones y búsqueda constante de la verdad.

En el solitario, existen diversas tácticas, pero las reglas son inmodificables, es decir no se puede hacer trampa. En el parchís existen diversas estrategias y las reglas son modificables siempre que haya acuerdo entre los jugadores. Respecto al juego erótico las argucias son infinitas y las normas pueden actualizarse en  un corto espacio de tiempo, incluso cambiar. En el fútbol los sistemas  son infinitos. No obstante, el reglamento hay que cumplirlo, aunque con la evolución de las características del juego, se van modificando en un corto espacio de tiempo. En el escondite son diversas las estrategias y no existe regla alguna

Existe todavía una duda razonable, como es, si los  científicos están más motivados por la “búsqueda de la verdad”, o por la “búsqueda del reconocimiento”, o bien,  por ambas cosas por igual.

Para que exista un reconocimiento deben existir previamente unos estatutos que todos los investigadores deben cumplir.

Un buscador de reconocimiento tiene que persuadir a sus colegas de que sus teorías son aceptadas antes de hacerse pública. Existe el problema de que una teoría que sea aceptada hoy, en un futuro carezca de interés y,  sin embargo, puede ser interesante la teoría de otro colega.

¿Obedecen los investigadores las normas metodológicas? Para la obtención de reconocimiento público tiene que respetar las normas que el mismo ha aprobado, por lo que se beneficia que otra gente tiene que cumplir las reglas.

Siguiendo las reglas metodológicas, cada científico intenta interpretar cada norma de modo que sea más favorable a su teoría. Asimismo, debe cumplir algunas reglas para justificar las que no ha realizado.

Todo esto se hace para tener el reconocimiento, pues lo que se desea es que otros expresen públicamente la aprobación de tu obra.

Que haya una relación estrecha entre el nivel de reconocimiento que uno ha alcanzado y los recursos y  beneficios de los que puede disfrutar. El investigador ha ido evolucionando adaptándose a los tiempos, tanto en la forma de actuar como en el enfoque que da a su trabajo.

La ciencia se puede, como se ve, interrelacionar con el juego, como con otras tantas disciplinas. Hay mucho ya escrito sobre este tema. Jacob