Este artículo trata sobre la diabetes, enfermedad de tipo  metabólico crónico que tiene distintas causas y que afecta a un 6%  de la población. Se hace un estudio general, haciendo hincapié en las clases de diabetes y el  tratamiento.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad crónica en la cual el páncreas no produce la insulina suficiente para mantener los valores adecuados de azúcar en sangre. El nombre científico es diabetes mellitus, que significa "miel".

El riesgo de contraerla aumenta con la edad y por encima de los setenta años afecta al 15% de las personas. El peligro de esta enfermedad son las complicaciones a que da lugar, siendo las más frecuentes la insuficiencia renal crónica, enfermedades cardiovasculares, afectación ocular (retinopatía diabética), neuropatía periférica, etc.  

Tipos de diabetes

Existen los tipos 1 y 2, además de la gestacional, ligada al embarazo. Se encuentran otros tipos menos corrientes o usuales, las ocasionadas por drogas, infecciones, genéticas…

La Diabetes tipo 1. Es la que se da en edades tempranas, primeros años de la vida y adolescencia. Se instaura de una forma súbita y en ocasiones, sin antecedentes familiares. En este tipo se destruyen las células del páncreas que producen insulina de forma gradual. El tratamiento consiste únicamente en la administración de insulina.

La Diabetes tipo 2. Es la más habitual, representando el 90-95 por ciento del total de los casos de diabetes mellitus. Aparece en la edad adulta y  siempre con antecedentes familiares.  En este tipo es pobre la producción de  insulina y, en otras ocasiones,  no es bueno el aprovechamiento celular. Cursa de forma solapada, por lo que pasa desapercibida durante un largo periodo de tiempo. Es más habitual en mujeres con antecedentes de diabetes gestacional y en individuos con hipertensión. El riesgo aumenta con la edad, el peso y la falta de actividad física.

Diabetes gestacional. Se da durante el embarazo, más habitual a partir del quinto o sexto  mes. Cursa sin síntomas y suele aparecer en un análisis rutinario de la gestante.  Durante este periodo se producen unas hormonas que pueden impedir la acción de la insulina. Si sucede, se produce un aumento de la glucosa en sangre. Estas mujeres tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Síntomas de la Diabetes

Los más frecuentes son:

Infecciones recurrentes y que tardan en curar

Aumento del número de micciones

Pérdida de peso

Mucha sed

Falta de fuerzas

Aumento del apetito

Visión borrosa

Las heridas superficiales cursan de forma insidiosa y lenta

La analítica demuestra  niveles altos de azúcar en sangre y orina

Prevención

La diabetes tipo 1 no tiene tratamiento eficaz para evitarla, mientras que la tipo 2, la más frecuente y relacionada con la obesidad, se puede realizar tratamiento preventivo.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en el estudio  analítico, en donde se comprueba la existencia de valores anormalmente elevados de azúcar en la sangre. Casi siempre  aparece en controles rutinarios, por ejemplo al integrarse a un puesto de trabajo o previo a la práctica deportiva. En ocasiones se realiza ante síntomas propios de esta enfermedad, como  aumento excesivo de sed, orinar con frecuencia y cantidad o el aumento del apetito.

Existe otra prueba, “sobrecarga oral de la glucosa”, sobre todo en la diabetes gestacional. Se realizan dos muestras de sangre, la primera en ayunas, 8 horas sin tomar ningún alimento, y la segunda, 2 horas después de haber tomado un líquido que contiene 75 gramos de glucosa disuelto en suero.

Tratamiento

El tratamiento de la diabetes mellitus se apoya en tres pilares: el tratamiento higiénico, el tratamiento dietético y el tratamiento medicamentoso. El primero se basa en la realización de ejercicios físicos diarios, como caminar 1 hora todos los días, sobre todo después de la comida principal.

El segundo, el dietético, consiste en llevar una dieta adecuada según prescriba el médico. No todas van a ser iguales, por ejemplo en los obesos habrá que hacer más hincapié en otro tipo de régimen. El tabaco y bebidas alcohólicas deben restringirse al máximo. Una investigación publicada en “Journal of Developmentat Origins of Health and Diseases”, indica que los niños expuestos al humo del tabaco de sus padres durante el embarazo, están más propenso a padecer diabetes tipo 2, siendo el riesgo mayor si la que fuma es la madre.

El estudio se efectuó en 1.800 hijas de mujeres que habían participado en un proyecto del Instituto de Salud Pública de EE.UU. En trabajos previos se constató tasas más altas de obesidad y bajo peso al nacer en niños cuyos padres fumaron durante la etapa del embarazo. Michele La Merrill  de  la Universidad de California-Davis en Estados Unidos, señala que, “La exposición gestacional a sustancias químicas como el tabaco, aumenta el riesgo de diabetes en los niños”. El tercer tipo de tratamiento es el farmacológico y es diferente según el tipo de diabetes.

Diabetes tipo 1. El tratamiento consiste en la administración de insulina, ya que el páncreas no  la produce. Se realiza a través de inyecciones por vía subcutánea y las dosis van a estar en relación con el tipo de alimentación y el ejercicio diario que se realice. Cuando ambos son estables las necesidades de insulina diaria variarán poco.

La insulina se inyecta según diferentes  dispositivos: las jeringuillas de un solo uso, bolígrafos o plumas y las bombas de insulina. Esta última, son aparatos de tamaño parecido al de un teléfono móvil, portátiles y que administran insulina durante las 24 horas del día. Lo hacen por medio de un catéter que se aloja bajo la piel, en el tejido celular subcutáneo, y la dosis se adapta a las necesidades de cada paciente.

La persona diabética debe conocer los sitios en donde hay que poner la insulina y además, aprender a rotar por las zonas de inyección: brazos, piernas, abdomen y nalgas. Durante varios días se puede utilizar la misma zona, con una variación de 2 o 3 cm, para  ir alternado semanalmente. La insulina pasa con más rapidez al torrente circulatorio en unas zonas más que en otras. En donde penetra con más rapidez es en el abdomen y en donde se introduce más lenta es en piernas y nalgas.

 Diabetes tipo 2. Se utilizan antidiabéticos orales. Cuando no se consigue con esta medicación mantener los niveles de azúcar en sangre, incluso con la dieta y ejercicio físico, se recurre a la insulina. Probablemente estos pacientes no necesitarían soporte farmacológico si se controlase el exceso de peso y se hiciera ejercicio físico de forma regular.

Está el riesgo de las temidas crisis hipoglucémicas, o sea la bajada de azúcar en sangre, por lo que es preciso ajustar las dosis de los medicamentos de forma personal,  regularizar el horario de las comidas y cuando se va a realizar ejercicios físicos, tener a mano un azucarillo.