Artículo de Opinión

Una vez visto el resultado de las elecciones generales 2015, la conclusión es, que los españoles no saben lo que quieren. Se cansan de todo. El bipartidismo, que según parecía era el prototipo de política  “a la española”, ha sucumbido ante el cansancio del país “soberano”. El periodismo ha jugado con todas las posibilidades posibles a “su alcance” de dar un resultado, y no han dado en nada parecido, con el resultado final de las elecciones generales. Han actuado como si se tratara de un sorteo de lotería. Se demuestra de esa forma lo precario  del intelecto  español.

Se ha demostrado a lo largo de  siglos de nuestra hegemonía, que en España se gestiona mal la política. No se ha aprendido de tiempos pasados o bien se evita.  Después de tantos años, de la ansiada democracia, en vez de avanzar, como es lógico lentamente, hemos retrocedido y seguimos en la misma dinámica. Debutamos con una bicefalia y seguimos igual, derecha e izquierda, como se dice en nuestro país, los buenos y los malos, es decir, “tanto monta monta tanto". Seguimos igual, y si existe una nueva opción política, la ciudadanía observa que no es una alternativa diferente, ya que la primera proposición es quitar todo lo que se ha hecho, sea bueno o malo  y rectificarlo, no con ideas renovadas, diferentes,  sino con un continuismo.

Nada más llegar el nuevo alcalde, Juan Espadas, al Ayuntamiento de Sevilla, ha resuelto el primer problema de los sevillanos, poner la bandera arcoíris en lo alto del  Consistorio.  Está bien, pero es mejor que se dedique a la política, como bajar impuestos, “asear” más la ciudad, no destrozar lo bueno que existe, pues de esta forma no se progresa, no parar el convenio de Altadis y abandonar  las VPO, que no resuelven ningún problema al ciudadano, más bien se los crea.

Susana Díaz, a lo largo del tiempo que lleva de mandato está demostrando que es poco veraz. Cómo se puede aceptar a una persona adoctrinada por dos defraudadores e imputados, como Chaves y Griñán, ambos en manos de la justicia y que ha convivido con ellos en los despachos en donde se amasaron los ERE.

El boxeo que en España desapareció gracias a los medios de información, no sé la causa,  hoy lo quieren resucitar porque existe  un combate estelar que mueve una gran cifra de millones de dólares y por supuesto se quieren sumar aunque sean por unos cuantos rounds.

 

         Esta mañana  han llegado a España procedente de Katmandú (Nepal), los primeros 44 españoles evacuados tras el terremoto que tuvo lugar en dicho país. Lo hicieron en un vuelo comercial en donde igualmente  se encontraba el ministro de Asuntos Exteriores y  Cooperación, José Manuel García-Margallo.

 

Siendo el R. Madrid uno de los mejores equipos del Mundo, de lo cual deberíamos sentirnos orgullosos, en España se  ve con otra perspectiva, gracias entre otros, al  periodismo deportivo. Parece que es un enemigo a batir y no lo valoran, porque los “mediocres” periodistas que tenemos en nuestro país lo examinan o censuran diariamente. Aquí surge de nuevo el tema “envidia”, que como vemos se encuentra acomodada o arraigada en nuestra sociedad.

Las personas que se realizan haciendo una política rudimentaria, arcaica, agresiva, que mata, es que no ha vivido nada fuera de los que les ha rodeado su existencia, incluida la infancia. Su estancia en la tierra es corta en la distancia, inamovible, con poca comunicación con el exterior, deben saber  más de pensamientos.

 

 Se quiera o no, mentalmente la izquierda no ha superado todavía  nuestra guerra civil, que no por lejos, algunos no han olvidado. Lo digo sin arrogancia, sino por la forma de pensar y actuar que tienen. Ya que la imagen que desprenden es incohereadante, desestabilizadora y por tanto, muy comprometida para nuestra nación. Después de tantos años que llevamos de la mal llamada democracia, que sólo se parece porque cumple todos los parámetros que se exigen, no han evolucionado en la forma de pensar y actuar. 

Ambos se parecen en ciertos aspectos,  que no por importantes se pueden dejar de obviar.La semejanza entre ambos no pasa desapercibida, sobre todo en el currículum. Ambos hicieron la carrera de Derecho y pare  usted de contar, aunque parece que Susana estuvo más “entretenida” en su licenciatura. Por lo demás,  cargos políticos a gogó. En resumen, ninguna experiencia en cometidos relevantes.

Hasta el Papa se da por enterado que en España y sobre todo en Andalucía,  el paro juvenil afecta al 60%. A estos los ha llamado “nini”, ni estudio, ni trabajo. Pues Susana quiere ser la candidata a “jefe” de los socialistas  de España con esta situación. Podemos estar en el segundo capítulo de ZP, lo cual sería para enmudecer. 

El pueblo andaluz sigue igual, desde que Susana Díaz tomara la magistratura. No ha existido cambio alguno, y es que ya sabemos cómo llegó a este mandato. Fue puesta por los mismos que gestionaron mal el anterior Gobierno y que mantiene a esta autonomía, como la más precaria de nuestra nación.

Zapatero irrumpió en la escena política de una manera misteriosa. Como una incógnita del partido, un bluff, un farol, que no llegó a iluminar, sino a provocar un caos económico social, el cual todavía llevamos como lastre y está provocando una desestabilización en nuestro país. Pienso que ahora se sentirá feliz pues esto es lo que él pretendía.

El socialismo tiene un grave problema y se pueden llevar un segundo batacazo, lo cual les llevaría casi a la desaparición del partido en la élite de la gobernabilidad del país. Todo tiene su origen por la forma de elección de los candidatos. Debieran estudiar un nuevo procedimiento,  para que la persona elegida tenga al menos formación académica  y un currículum más profundo de acuerdo con esta tarea tan fundamental a desarrollar.

El parecido en ambos mandatarios se concreta en las frases con que engalanó a Zapatero, cuando juró su cargo como  presidenta de la Junta de Andalucía. "El tiempo reconocerá su lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres", “me siento con orgullo heredera de esa lucha", matizó.

 

El último guión de película protagonizado por el cine español, ha tenido lugar en la concesión de los  Premios Goya en su 28 edición, que más que una ceremonia de entrega  de galardones, parecía un mitin político. Qué diría el señor “Lucientes” si levantara la cabeza.

Este acto del cine español no tiene razón de ser en la entrega de estos premios. A  los que nos gusta el cine, está claro que no pusimos la televisión, pues ya se sabía el tratamiento que se iba a dar.

Los actores que no quieren la fiesta nacional, con el clan Bardem a la cabeza, argumentan  que la estocada a un toro es sinónimo de  hacer sufrir al animal y por tanto debe prohibirse. Mejor sería que los cineastas mejorasen en las escenas amorosas, entre ellas, la  “de cama”, que más que acto sensual, lo convierten en una “lucha fratricida” hasta la “estocada” final, escenas que “hieren”  la vista  de los espectadores, que saben discernir entre lo bien hecho y lo nefasto.

Es difícil valorar estas situaciones,  pues a pesar del tiempo que llevan realizando estas secuencias no han mejorado, por lo que debería instaurarse becas Erasmus,  que permitiera ir a  Estados Unidos, Francia, incluso países nórdicos de Europa, en donde se tratan mejor estas situaciones que la hacen más atractiva y erótica,  para que se cultiven en este arte. 

El ABC Sevilla, se ha puesto demasiado “dulce”. Es el contagio de lo que padece España, inmovilismo, pasividad y estado acomodaticio. En la  carta enviada por mí y que no ha sido publicada, no existe doctrina, únicamente  trasladar a la ciudadanía, la incomodidad que se vive en nuestro país y demostrar, tras lo visto, que seguimos en una dictadura, sórdida, igual que en la época anterior a la democracia. Vaya por delante, que no le viene mal ni a políticos ni a periodistas.

En España  existen buenos y excelentes profesionales, tanto en la derecha como en la izquierda: médicos, arquitectos, ingenieros, profesores…lo que pasa que la ideología los prostituye y les conduce a una disputa, que da lugar a un  retroceso o involución cultural. Esta doctrina es utilizada como estandarte por  ambos partidos.